Llegar al Salvador nos costo otro largo viaje... La parte guatemalteca fue larga pero mas o menos sencilla, pero llegamos algo tarde a la frontera con El Salvador y decidimos tomar un transporte privado hasta la Barra de Santiago, donde teníamos previsto pasar la primera noche.
El primer problema lo tuvimos con los cajeros.... Paramos en el pueblo mas grande de la zona, Cara Sucia (menudo nombre) e intentamos sacar dinero en 4 cajeros distintos, sin éxito. Decidimos seguir hasta la Barra de Santiago e intentar sacar dinero alli. Pero la Barra es una larga carretera, con el mar a un lado y un manglar al otro.... Y no hay mas que un pequeño pueblo, sin cajeros.
Total, eran las 5 y pico de la tarde (aquí anochece sobre las 6), no teniamos mas que 30$ (La moneda oficial del Salvador es el dolar americano) y los pocos sitios para dormir eran auténticos cuchitriles... Vimos uno que no tenía ni colchón, otro que no tenía baños porque los había destrozado un tormenta unos días antes y la única opción decente estaba a varios km y era un resorte de muchos $ x noche.
Estábamos, lo que se dice, mas tiraos que una colilla!! Y El Salvador no es un lugar donde quieras estar tirado en una carretera de noche.
Afortunadamente, hay gente estupenda en todas partes y encontramos a un paisano que estaba cargando el coche para viajar a la capital y al contarle la situación se ofreció a llevarnos al Kilo 5, un motel de carretera donde podiamos pagar con tarjeta al lado de una gasolinera donde tenían cajeros automáticos.
El motel estaba bien, pudimos pagar el alojamiento y la cena con tarjeta y a la mañana siguiente el cajero nos dio dinero, por fin, y decidimos continuar camino hasta La Libertad.
La Libertad es uno de los pueblos mas turísticos del Salvador, aquí no tuvimos problemas para encontrar un sitio agradable donde dormir, pero realmente no es nada del otro jueves. La playa no vale mucho, la del pueblo es de piedras y hay otra de arena que tampoco es ninguna maravilla, y el pueblo tampoco tiene mucho interés. Aun así, pasamos unos días tranquilos.